Los primeros meses del nuevo milenio han estado caracterizados por una intensa actividad en el lado oscuro de la red. En febrero destacaron los ataques de inundación de servidores (DoS Denial of Service) , que dejaron temporalmente fuera de servicio a gigantes de Internet como Yahoo!, CNN y Amazon.
Luego, la semana pasada, el nefasto y nada amoroso virus ILOVEYOU inutilizó millones de computadoras, remplazando archivos y apropiándose de direcciones de correo electrónico con el fin de autodiseminarse. Los gastos ocasionados por ILOVEYOU ascienden a 10 mil millones de dólares, según diversas estimaciones.
Independientemente de su motivación económica, política, personal, etc- tales sabotajes e intrusiones avalan y dan especial relevancia a reuniones como las que hoy se inicia en Paris, en la que se darán cita representantes de los gobiernos más ricos del mundo, especialistas en seguridad informática y ejecutivos de la industria de Internet.
El objetivo fundamental de la conferencia, que se prolongará hasta el miércoles 17 de mayo, será establecer los factores que atentan contra la aplicación legal y productiva de las nuevas tecnologías de la información y la forma en que la situación puede ser neutralizada.
La reunión implica también un reconocimiento de que los gobiernos occidentales no han logrado adaptar sus legislaciones al acelerado ritmo con que aumenta el cibercrimen a nivel mundial. Una impresión recurrente en tal sentido es que las fechorías informáticas que antes requerían conocimientos propios de expertos o, al menos, de estudiantes, ahora pueden ser perpetradas con relativa facilidad por individuos no expertos, con la ayuda de software especial.