Según los cables, hubo consenso entre los ministros en el sentido de que el problema de la pornografía infantil ha crecido exponencialmente debido a la facilidad con que tal material puede ser difundido mediante Internet.
Por tal razón, los ministros de los Quince elaboraron un borrador de acuerdo mediante el cual los países comunitarios instrumentarán, en el mediano plazo, estrategias que les permitan actuar, por las vías judicial y policial, contra la producción, posesión y distribución de pornografía infantil por canales informáticos.
Un aspecto algo débil de la iniciativa es que, por ahora, no existe en la Europa comunitaria el consenso necesario como para armonizar criterios y reacciones penales en contra de pederastas y otros delincuentes sexuales que disfrutan de una era de apogeo gracias a Internet.