En el memorando, filtrado la víspera a las agencias noticiosas, Ballmer explica a sus empleados los riesgos que implica Linux y el sistema de código abierto. Ballmer expresa preocupación por la baja coyuntura económica general, que lleva a las empresas a reducir sus presupuestos del capítulo TI. Tal situación de presupuestos reducidos lleva a muchas empresas a considerar las alternativas que representa Linux y el software de código abierto, como por ejemplo Open Office. Ballmer recalca que tales empresas no piensan en términos de la calidad técnica de tales productos, sino lisa y llanamente consideran el factor de gratuidad.
Con todo, Ballmer escribe que A largo plazo, siento optimismo respecto a nuestras posibilidades de crecimiento. Pero nos vemos enfrentados a grandes desafíos en el corto plazo. Nuestros clientes tienen menos entusiasmo por la tecnología, y se concentran en hacer más cosas con menos recursos, continúa Ballmer en el memorando de 10 páginas.
Refiriéndose a Linux, Ballmer comenta que el apoyo dado por IBM a Linux ha dado al sistema operativo gratuito una alta credibilidad y una ilusión de servicio técnico y responsabilidad frente al cliente. Sin embargo, lo cierto es que no hay un eje palpable, ninguna instancia central, que invierta de manera decisiva en el software no comercial, o que presida la renovación de áreas críticas como la tecnología, operación, compatibilidad y seguridad.
Microsoft invertirá en el desarrollo de versiones específicas y de bajo precio de nuestros productos, con el fin de complacer y motivar a segmentos de importancia crítica en el mercado, en especial a los jóvenes hábiles e influyentes, interesados en la tecnología, escribe Ballmer.