Esas diferencias pueden ser mayores a lo que suponemos y debemos tener conciencia de ello para no seguir perdiendo buenas oportunidades de negocio y sobresaturando el mercado de profesionales que quizás no van en línea con las verdaderas necesidades de la industria y del país. ¡No más educación a granel! Debemos hacer, por lo mismo, una planeación de lo que se necesita, en sinergia entre universidades, empresas y gobierno.
Para Chile y América Latina existen grandes oportunidades para servicios de Near y Offshoring de TI. Claramente es posible generar un cambio a una industria de valor agregado, estableciendo un cambio esencial en el sistema de educación de los países y una mejora en los ingresos del sector. Sin embargo, la baja oferta de profesionales especializados en TI y la dificultad cada vez mayor para que se ingrese a carreras técnicas e ingeniería es una realidad. Las empresas incurren en altos costos de capacitación, rotación y escasez. De hecho, mientras la industria de outsourcing global representó más de US$200 mil millones en ingresos el año pasado, China e India se llevaron el 70% del total y América Latina recibió menos del 10%.
Es importante, entonces, reducir la re-educación en la que debe invertir cada empresa con los profesionales que contrata, dado que generalmente no tienen los conocimientos o experiencias de formas de trabajo efectivas, con las técnicas, métodos o modelos de punta. La re-educación implica volver a enseñar lo que se supone ya debiera saberse y es un costo de oportunidad para las organizaciones, mientras podría ser un capital de reinversión, evolución o crecimiento.
El mercado de exportación del software es una oportunidad económica substancial, pues se trata de una industria atractiva y de alto crecimiento. Sin embargo, se hace indispensable contar con una fuerza de trabajo educada, en cantidad y calidad. También, especializada, con salarios y condiciones de trabajo competitivos, altos estándares de la industria conocidos y aplicados, en un contexto útil para las empresas. Asimismo, se necesitan políticas públicas que soporten y apoyen. El principal pilar para ello es el capital humano. Latinoamérica necesita aumentar en recursos humanos con las competencias globales necesarias y cerrar así las brechas de egreso.
En definitiva, más allá de las discusiones de gratuidad versus lucro (eso es otro asunto a tratar), la educación debe ser regulada de manera tal que se termine con la educación a granel para pasar a una especializada, de acuerdo a los intereses del país, en cuanto a evolución, desarrollo y sustentabilidad.
Por Pablo Henríquez, Vicepresidente de Procesix