El año pasado, las autoridades militares de Taiwán interrogaron a Chen Ing-Hau, pero debido a que nadie en ese país presentó una querella formal en su contra, no se pudo proceder con el caso. Sin embargo, este año, cuando el virus atacó nuevamente, un estudiante taiwanés le demandó ante las autoridades, generándose así el proceso judicial correspondiente.
Si Chen Ing-Hau es encontrado culpable, podría cumplir una condena de hasta tres años en prisión.
El virus, que fue lanzado en el aniversario del desastre nuclear, causó más de 250 millones de dólares en daños, sólo en Corea del Sur.