Aunque el informe constituye a todas luces un intento por mitigar el incidente, dejó abiertas las posibilidades de que los hackers hayan podido, en efecto, apoderarse del código fuente de un importante producto en desarrollo.
El departamento de seguridad de Microsoft se percató de la actividad ilegal tan pronto como ésta ocurrió y monitorizó los intentos del hacker de expandir su acceso ilegal a nuestra red durante un período de 12 días, del 14 al 25 de octubre, se escribió en el informe oficial.
Sin embargo, el viernes un portavoz de la compañía dijo que el ataque comenzó al final de septiembre, corrigiendo -según señaló- un artículo incorrecto publicado por the Wall Street Journal. Según el portavoz, la información errónea fue derivada de una suposición, ahora desmentida, de que la última intrusión fue vinculada a un ataque de virus ocurrido en septiembre.
Aunque Microsoft informó que las investigaciones continúan con el fin de minimizar el alcance de las acciones, el informe deja abierta la posibilidad de que haya ocurrido el robo de un código fuente.
El hacker tal vez ha visto algunos de los códigos fuente que se encuentran en desarrollo para un futuro producto, admitió la compañía. Añadió que no existe evidencia de que los atacantes hayan tenido acceso al código fuente de ninguno de los sistemas operativos Windows u Office.
En el informe, la compañía confirmó que ninguno de los códigos ha sido modificado o corrompido de ninguna manera. Aunque no se negó la posibilidad de que el código puedo haber sido copiado.