Los niños están particularmente en riesgo porque sus sistemas inmunológicos son menos fuertes y todavía están en desarrollo, señaló el Dr Gerard Hyland, catedrático de la Universidad inglesa de Warwick.
Aunque las preocupaciones sobre el uso de los teléfonos móviles se han centrado en el calentamiento del cerebro, el Dr. Hyland dijo que el verdadero riesgo radica en la radiación de baja intensidad, conocida como radiación no termal.
De acuerdo al Dr. Hyland, los niños están en riesgo debido a sus cráneos son más pequeños y delgados por lo que la radiación puede penetrar con mayor facilidad. Se sabe que la radiación afecta los ritmos del cerebro y los niños son particularmente vulnerables, afirmó el científico.
El cuerpo es un instrumento electroquímico de gran sensibilidad. El efecto de las ondas microondas de un teléfono móvil se asemeja en parte a la interferencia de un radio. Tiene un impacto en la estabilidad de las células en el cuerpo. Los principales efectos son neurológicos, causando dolores de cabeza, pérdida de la memoria y problemas para dormir, añadió.
Si los teléfonos móviles fueran un tipo de comida, simplemente no estarían permitidos porque existe mucha incertidumbre sobre su seguridad, concluyó el científico.