Según el periódico Washington Post, el gobierno de EEUU ha aportado 200.000 dólares a una campaña de la BSA dirigida a los niños y jóvenes de ese país.
El objetivo de la campaña es crear conciencia en tal grupo, en el sentido que la reproducción ilegal y descarga de software es, lisa y llanamente, robo.
BSA está financiada por los grandes fabricantes de software, entre ellos Microsoft, Adobe, Macromedia, Symantec y otros.