El tema de la presunta influencia negativa ejercida por los videojuegos en los jóvenes ha sido objeto de diversas investigaciones. En tal sentido, llama la atención que las teorías de expertos sustenten ambas interpretaciones.
La investigación más reciente absuelve a los videojuegos. Investigadores de la Universidad de Manchester, Reino Unido, realizaron un estudio entre 125 niños, quienes antes del experimento fueron sometidos a un test de personalidad para establecer su grado de rabia.
Posteriormente se les permitió jugar Quake II durante 20 minutos. Después de la sesión se midió nuevamente el nivel de rabia de los menores, obteniéndose los siguientes resultados:
77 de los niños no tuvieron cambio alguno después de jugar. Veintidós de ellos doblaron su nivel de rabia, en tanto que 8 personas de hecho mostraron mayor tranquilidad.
Al comparar los resultados con los estudios de personalidad de los niños, los investigadores pudieron identificar una clara tendencia. El grupo de los niños no influenciados por el juego pertenecía a la categoría de personas estables. Varios de los niños influenciables por el juego, positiva o negativamente, correspondían a la categoría de menos estables.
Tales observaciones llevan a los investigadores a concluir que los juegos violentos no tienen el efecto generador de violencia en las personas consideradas estables.
Con todo, el informe sugiere que las personas de naturaleza exaltada pueden sentirse incluso más relajadas con los juegos violentos, en tanto que las personas serenas pueden experimentar exaltación.
En conjunto, ambos grupos coincidieron en el mismo nivel de rabia después de haber jugado. Los autores del informe recalcan que sus investigaciones son un aporte al tema, y no concluyentes.
