En julio pasado, Microsoft demandó a 26 distribuidores estadounidenses por piratería de su software.
En esta oportunidad, la compañía da seguimiento a su ofensiva contra distribuidores desleales, con la presentación de 20 nuevas demandas.
Según investigaciones internas de Microsoft, los presuntos piratas habían distribuido copias ilegales directamente o instalándolas en computadoras. Luego, las máquinas eran vendidas a empresas o particulares cobrándoles el software preinstalado.
Las demandas se presentaron contra compañías en nueve estados federados.
La situación es preocupante para el gigante informático, ya que el 21% de su software es pirateado en Estados Unidos.