Bart Willemsen, analista de Gartner, ha publicado un artículo en el blog de la empresa dónde comienza refiriéndose a los sistemas de monitorización de empleados que trabajan desde sus hogares, con funcionalidad que va desde las capturas de pantalla tomadas con frecuencia aleatoria, la grabación constante de todo cuanto ocurre en el monitor, hasta la medición de en la actividad de periféricos como ratones y teclados.
El analista comenta que la justificación que las gerencias suelen esgrimir para el despliegue de tales herramientas es “controlar la productividad de los trabajadores remotos, para ver si el empleado está trabajando activamente”.
Para Willemsen, este es un planteamiento confuso, ya que la legislación sobre privacidad y protección de datos es relativamente buena. “Pero ni siquiera se trata de la ‘privacidad de los datos’. A los datos no les importa si tienen privacidad. Se trata de las personas. ¿Y adivine qué? Los empleados también son personas. Pero entonces pienso en mi propio día de trabajo. A veces empiezo tarde. También termino siempre tarde. A veces puedo salir a dar un paseo. Leo (mucho). Y sí, algunas tesis académicas las imprimo porque me gusta la calma y la tranquilidad de escribir sobre ellas mientras camino por la casa. Eso lleva tiempo, pero aprendo mientras leo. Nada que mi jefe pueda ver (porque sí, también hay otras personas dentro y aunque no fuera así, la cámara de mi PC está permanentemente cerrada, a menos que yo la quite, cuando yo quiero). Todo esto y mucho más puede IMPLICAR que no estoy activo, en el PC de la empresa. Pero no dice nada”.
Willemsen propone que la desconfianza hacia los trabajadores remotos debería terminar, y terminar rápido. El monitoreo excesivamente activo debería terminar también. “No es PRODUCTIVIDAD, es actividad lo que se comprueba. Y las empresas que controlan en exceso a sus empleados pueden llegar a ver una disminución de la productividad de hasta el 50%, mientras que las que permiten a sus empleados algunas libertades y espacios de libertad, como la privacidad personal, pueden ver aumentar la productividad hasta un 15%”. El analista sugiere a las gerencias despreocuparse y no dar mayor importancia a que los empleados estén sentados frente a sus pantallas entre 9 y 17 horas con aspecto de estar ocupados. “En lugar de ello, controle los resultados finales, la productividad real, y demuestre su verdadera preocupación por los trabajadores tratándolos realmente bien. Usted sabe, es lo correcto”.