Cuando se escucha hablar de blockchain, lo primero que viene a la mente es Bitcoin y otras criptomonedas, pues esta tecnología es la que las hace funcionar y brinda seguridad y transparencia a las transacciones que se realizan con ellas.
Al no existir una entidad central que controle este sistema monetario alternativo, uno de los aspectos más revolucionarios de blockchain es el modelo de confianza distribuida entre quienes lo utilizan. Ésta y otras características le dan a esta tecnología la robustez para utilizarse en procesos complejos en los que diferentes partes necesitan tener confianza mutua y colaborar para, a su vez, generar mayor certidumbre y menor fricción.
El cambio real que blockchain supone radica en la manera en que se establecen las relaciones comerciales entre los distintos jugadores de las cadenas de suministro. La economía colaborativa y los modelos y plataformas en los que no haya intermediarios también serán catalizadores de dicho cambio.
Es en parte esta naturaleza propia de las tecnologías blockchain lo que las está llevando más allá del ámbito de las divisas virtuales hacia otros sectores. Gracias a su capacidad de potenciar la interoperabilidad entre sistemas y ofrecer una fuente única de la verdad con seguridad y transparencia, están teniendo un papel muy relevante en el sector logístico.
De hecho, si bien las iniciativas que integran blockchain en el mundo logístico son relativamente recientes y se encuentran en una fase inicial respecto a otras industrias, son cada vez más las organizaciones que las implementan, y se prevé que su aprovechamiento crezca de manera importante en los próximos años.
Los recientes eventos mundiales están redefiniendo las relaciones entre empresas, lo que detonará una transformación a fondo y destacará la importancia de establecer proyectos de colaboración, y en todo ello, el blockchain puede ser una pieza fundamental para ayudar a materializar beneficios en el negocio.
A medida que se integre más en las operaciones de las empresas logísticas y de transporte, blockchain será un catalizador crítico para su transformación y digitalización, y al mismo tiempo les permitirá ahorrar costos y establecer nuevas interacciones digitales que promuevan la colaboración entre dispositivos, sistemas y organizaciones.
Desde una perspectiva tecnológica, la innovación se gestará en la adaptación de procesos y modelos de negocio, así como en la definición de procesos y modelos nuevos, con distintos planteamientos y utilizando redes de blockchain públicas o privadas. Asimismo, las capacidades de blockchain crearán las condiciones para definir el siguiente nivel de Internet, donde el valor monetario o digital se moverá por la red del mismo modo que hoy lo hace la información.
En esta línea, la producción y distribución de medicinas y bebidas alcohólicas pueden ayudar a ejemplificar el impacto que tiene blockchain en la cadena de suministro. En este tipo de productos, el registro digital que aporta esta tecnología se asocia al objeto físico, por ejemplo, un medicamento, garantizando su autenticidad y trazabilidad desde su origen hasta su venta.
Mediante el uso de etiquetas inteligentes y un código, es posible trazar el historial de dicho producto durante su fabricación, recopilando datos confiables que comprueban su autenticidad, cambios de propiedad, control de garantía, monitoreo y aspectos que podrían ser susceptibles a alteraciones o desvíos.
A manera de analogía, es una huella digital que permite conocer el trayecto que sigue un medicamento o bebida, sí como los atributos que garantizan que es auténtico y seguro para el consumidor. Al mismo tiempo, se previene el fraude y la falsificación que podrían tener repercusiones graves tanto para las marcas como para el comprador final.
Por otra parte, blockchain también facilita la economía programable y las transacciones comerciales a través de la concreción de Smart Contracts, los cuales pueden ejecutarse automáticamente cuando las partes involucradas los han definido. De este modo, estos contratos inteligentes permanecen protegidos contra cualquier alteración y se almacenan y ejecutan de manera autónoma.
En esencia, un Smart Contract puede verificarse en el contexto de un modelo de confianza distribuida, sin necesidad de involucrar a un tercero, gracias a la ejecución de software en cada uno de los nodos de una red blockchain. Con esto, se elimina cualquier ambigüedad del lenguaje natural, y se define el objetivo del contrato, las acciones que se pueden llevar a cabo a partir de él y las cláusulas aplicables.
Son solo pequeños ejemplos que muestra cómo, si bien aún es incipiente, blockchain despierta cada vez más el interés del sector de logística y transporte, vislumbrándose ventajas importantes para las industrias en el nuevo escenario habido tras el COVID-19.
Por Guillerme Barcha Cardoseo, Director de Servicios de Gestión Empresarial de Minsait en México