Lapandemia de Covid-19 ha obligado a la mayoría de compañías a realizar un gran esfuerzo de adaptación e innovación. Como afirma el estudio ‘Skills Revolution Reboot’ presentado en el Foro Económico Mundial por ManpowerGroup, existe una clara relación entre el nivel de transformación digital y la creación de empleo. Mientras que un 38% de las empresas han acelerado sus planes de transformación digital y un 86% ha conseguido mantener la plantilla o generar nuevas oportunidades de empleo, hay un 17% que se ha quedado atrás. Las empresas más pequeñas son las que más han sufrido las consecuencias negativas de la pandemia y por tanto, han paralizado sus planes de digitalización y de contratación.
2020 ha cambiado para siempre el mundo del empleo. De un día para otro el 93% de la población se vio afectada por un parón global que obligó a la adaptación al trabajo en remoto desde casa. Las empresas tuvieron que acelerar también sus planes de digitalización y sólo aquellas que consiguieron adaptarse mejor han salido reforzadas de la crisis. En el lado opuesto, las que han paralizado sus planes de contratación y contratación.
Esta evolución en forma de K ha tenido su reflejo también en los profesionales. Aquellos que han sido capaces de adaptarse mejor a la nueva coyuntura, tanto por sus power skills como por sus soft skills y conocimientos tecnológicos, han observado incluso un incremento de las posibilidades. Mientras, quienes carecían de formación o capacidades de adaptación, han tenido más dificultades para acceder al mercado laboral actual.
Existe pues un riesgo de exclusión claro para las compañías y profesionales que no han podido adaptarse. El estudio que ManpowerGroup hizo público, coincidiendo con la cita virtual de Davos, concluye que las empresas que han acelerado sus planes de transformación digital han sido capaces de crear más puestos de trabajo: el 86% de las empresas más digitalizadas mantiene o genera más puesto de trabajo.
No obstante, la transformación digital multiplica las oportunidades de las empresas siempre y cuando vaya acompañada de una transformación hacia una cultura de la innovación. Las empresas deben implantar una cultura corporativa innovadora que se mide por mucho más que simplemente sus inversiones en tecnología, sino por el propósito, valores, o el proceso en la toma de decisiones. Como explica Raúl Grijalba, Managing Director Región Mediterránea de ManpowerGroup, “para que la transformación digital no se convierta en digiticidio debe ir siempre acompañada de una transformación cultural adecuada”.
Para ManpowerGroup, existen una serie de palancas que determinan la predisposición cultural de una empresa a la innovación y establecen una hoja de ruta de las conductas que conviene fomentar:
– Experimentación: se debe animar a los profesionales de la empresa a practicar, tener éxito, equivocarse y volver a experimentar.
– Diversidad: hay que adaptar y priorizar la diversidad de edades, sexos y culturas, experiencias laborales y perspectivas comerciales.
– Curiosidad: hay que permitir que surja la curiosidad cambiando regularmente funciones, competencias y equipos de trabajo. Se debe animar al equipo a investigar ideas, funciones, habilidades, tecnologías y métodos nuevos.
– Confianza: los profesionales deben confiar en que sus líderes son capaces de impulsar el éxito de la organización y contribuir a los esfuerzos en materia de innovación
– Determinación: se necesita una combinación de fuerza, determinación y pasión para superar dificultades inevitables.
– Comunicación: se debe practicar y perfeccionar la escucha activa, compartir ideas y comprender puntos de vista opuestos.
– Equipo: hay que dejar de lado los intereses individuales y colaborar para lograr resultados.
– Perseverancia: hay que adoptar una actitud firme, decidida y emprendedora para no perder de vista los beneficios de la innovación.
– Learnability: es necesario aprender constantemente para mantener la competitividad y adaptar las capacidades a medida que cambian las circunstancias.