Si una organización alcanza una producción, o un impacto al menos 10 veces superior al de sus pares o competidores, aprovechando nuevas técnicas en la gestión de sus recursos, y todo apalancado en tecnologías innovadoras y disruptivas, estamos frente a una Organización Exponencial (ExO).
Sin embargo, no es fácil visualizar el concepto exponencial sin mencionar la Ley de Moore, y su extensión a las tecnologías de la información, la Ley de Rendimientos Acelerados de Ray Kurzweil.
La Ley de Moore sostiene que cada 2 años se duplica la capacidad de procesamiento de las computadoras, y la experiencia ha demostrado su validez desde 1965. Ahora bien, este patrón de crecimiento observado en circuitos y procesadores, Kurzweil, empresario, escritor y científico especializado en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, lo extiende a las tecnologías de la información en general, y lo llama Ley de Rendimientos Acelerados (LOAR en inglés), con esquemas de duplicación que se remontan hasta el año 1900, mucho antes de la Ley de Moore.
Esta Ley de Rendimientos Acelerados permite explicar el auge de las Organizaciones Exponenciales, y cómo ellas están transformándose en el motor de la nueva economía, basada en tecnologías de captura, almacenamiento, analítica, gestión y acción sobre los datos digitales.
El Propósito de Transformación Masiva
Una Organización Exponencial se diferencia de la competencia porque tiene un Propósito Transformador Masivo (MTP, Massive Transformative Purpose) que le permite crecer más rápido y a menor costo. Ésta vendría a ser una evolución de la clásica misión, definiendo cómo ser lo que se hace, conociendo la razón de existencia de la organización.
Esto cobra sentido cuando, en lugar de aumentar el capital humano o los activos físicos, las empresas aprovechan la información y la tecnología para lograr una rápida expansión en la búsqueda de su MTP. Al hacerlo, logran escalar sus estrategias comerciales, su cultura, sus marcos organizacionales y su propósito al mismo ritmo que la tecnología, es decir, siguiendo una curva exponencial. Gracias a este comportamiento, estas organizaciones tienen el potencial para transformar industrias completas, estableciendo nuevas reglas del juego.
Ya se han desarrollado tecnologías que mejoran exponencialmente año tras año. Ahora, el desafío es desarrollar organizaciones que, de la misma manera, puedan incrementar sus ingresos y beneficios de manera exponencial, adelantándose a los cambios en su entorno, derivados de las tecnologías exponenciales.
Adaptarse o desaparecer
Las particulares características de las Organizaciones Exponenciales les permite maniobrar con dinamismo y agilidad en entornos de alta incertidumbre, logrando detectar oportunidades en escenarios donde la mayoría sólo registra pérdidas.
Debido a esto, el desafío al que se enfrentan las compañías tradicionales es integrar tecnologías innovadoras y colaborativas que les permitan convertir sus procesos hacia un modelo exponencial.
La transformación no es sencilla, porque además es necesario contar con individuos y equipos multidisciplinarios, adaptar la misión hacia un propósito transformador masivo, tener procesos escalables, reformular la cultura organizacional y capitalizar la relación con el público y todos los stakeholders.
La migración de un concepto tradicional, a uno exponencial, puede implicar incluso tensionar toda la estructura corporativa, pero si el resultado es exitoso, los impactos y beneficios también serán exponenciales.