Diario TI | 30 de septiembre, 2020 – A lo largo de su evolución, la tecnología IP se ha ido insertando en diversos ámbitos del quehacer cotidiano: desde la oficina, el hogar o el comercio, hasta el entretenimiento, pasando por la salud o las finanzas. Hoy asistimos a su inserción en las fábricas dando lugar a los paradigmas de Smart Factory e Industria 4.0.
Si bien desde hace varios años una gran cantidad de fábricas ya estaban altamente automatizadas, este nuevo salto representa una transformación importante.
Normalmente, existen interruptores con los que un operador enciende o apaga las luces de un recinto como un auditorio. Pero con un sistema digital avanzado, es el propio sistema el que determina, a través de sensores, cuántas personas han ingresado al lugar y dónde están ubicadas. A partir de estos datos, las luces se encienden automáticamente, ofreciendo el mejor esquema de iluminación. Si los ocupantes están en una zona determinada del recinto, por ejemplo, sólo encenderá las luces que corresponden a esa área.
Bajo ese mismo esquema, una planta automatizada tiene la capacidad de realizar sus operaciones de manera automática, pero una planta inteligente o Smart Factory cuenta con equipos avanzados que incorporan sensores y sistemas de control.
De esta manera, una balanza, por ejemplo, no solo registra el peso de los productos, sino que sus sensores pueden recopilar datos acerca del tamaño de la caja que contiene los objetos. Esta información es enviada al micro data center de la planta, donde se determina si la caja es adecuada y, según ello, se enviarán órdenes a los equipos para dejar que la caja continúe su recorrido o retirarla de la línea de producción.
Al estar todos los equipos industriales conectados vía IP, se puede realizar una serie de acciones con los datos que se recopilan, como aplicar analítica sobre los mismos o activar procesos específicos.
A pesar de que la zona industrial de las empresas cuenta con computadoras, las mismas pertenecen a la red empresarial, mas no necesariamente a la red industrial, pues se trata de dos entornos distintos. Cuando los dos entornos (industrial y empresarial) se interconectan para realizar análisis y transacciones, ya se puede hablar de Industria 4.0.
Infraestructura idónea
Aunque la red industrial sea IP, necesita una infraestructura especializada, distinta a la de la red empresarial. El entorno industrial es mucho más duro: puede haber calor, campos magnéticos, sustancias químicas, vibración, etc. Por eso, se necesita cableado y equipo especializado de red a prueba de estas condiciones adversas.
Se recomienda que, en los proyectos de instalación o modernización de redes industriales, se despliegue la infraestructura adecuada desde el principio, pues luego podría resultar muy costoso cambiarla. Además, una falla en la infraestructura podría significar la paralización de la planta. Además, una buena infraestructura debería durar unos 20 a 25 años y debería soportar hasta tres renovaciones generacionales de equipos.
Dado que la tendencia de Industria 4.0 recién se inicia en el mundo y la región, aún son pocas las empresas que la han adoptado, por lo que el panorama es variado. Aún hay muchas plantas con tecnología analógica, así como también existen instalaciones digitalizadas, pero no bajo IP, sino bajo protocolos propietarios.
El factor relevante: las personas
No obstante, la Industria 4.0 involucra componentes altamente tecnológicos. El factor más relevante para un despliegue adecuado es el componente humano. Al igual que ocurrió en la incorporación del entorno IP en las oficinas, o en los sistemas de seguridad, esta transformación está haciendo converger dos mundos: el de TI y el industrial.
El éxito de los proyectos para transformar la organización hacia Industria 4.0 dependerá de una buena coordinación entre las personas involucradas en ambos entornos. Al área de producción le corresponde buscar la evolución, mientras que la tarea de TI es comprender el entorno industrial, así como en su momento tuvo que involucrarse con la seguridad, la gestión o las finanzas de la organización.
Las organizaciones que han colocado a la gestión tecnológica en el rango de vicepresidencia tienen mejores perspectivas de éxito, pues las decisiones para adoptar el nuevo paradigma se tomarán a un nivel más alto.
La incorporación de la tecnología IP en los diversos ámbitos del quehacer profesional y personal ha traído cambios notorios y positivos en los últimos 30 años. Es por ello que animamos a las organizaciones a sumarse pronto a la tendencia de Industria 4.0, para poder gozar de ventajas importantes en sus procesos productivos. No se trata de una moda, sino del nuevo terreno de juego para las industrias.
Por Jaime Muñoz, Territory Account Manager de Panduit Colombia