Entre las principales conclusiones, el estudio revela que las cuentas comprometidas de los empleados son la causa principal del coste que han de pagar las empresas por la violación de datos.
Credenciales de empleados y nubes mal configuradas – Punto de entrada de los atacantes
Las credenciales robadas o comprometidas y las malas configuraciones de la nube fueron las causas más comunes de una brecha de seguridad, representando casi el 40% de los incidentes. Con más de 8.500 millones de registros expuestos en 2019, y teniendo en cuenta que los atacantes utilizan correos electrónicos y contraseñas previamente expuestos en una de cada cinco infracciones estudiadas, las empresas están replanteando su estrategia de seguridad mediante la adopción de un enfoque de confianza cero, reexaminando la forma de autenticar a los usuarios y el grado de acceso que se les concede.
Asimismo, la continua lucha de las empresas para afrontar la complejidad de la seguridad -un factor con gran coste para las principales infracciones- está contribuyendo a que las malas configuraciones de la nube se conviertan en un reto de seguridad cada vez mayor. El informe de 2020 reveló que los atacantes utilizaban las configuraciones erróneas de la nube para violar las redes en casi el 20% de las ocasiones, lo que aumentaba los costes que esto supone a las empresas por la violación de datos en más de medio millón de dólares, convirtiéndolo en el tercer vector de infección inicial más caro examinado en el informe.
Los ataquues de estado son los más fuertes
A pesar de representar sólo el 13% de las infracciones, los actores gubernamentales fueron el tipo de adversario más dañino según el informe de 2020, lo que sugiere que los ataques con motivación financiera (53%) no se traducen en mayores pérdidas financieras para las empresas. La naturaleza altamente táctica, la longevidad y las maniobras de sigilo de los ataques respaldados por un estado, así como los datos de alto valor que se atacan, a menudo resultan ser un compromiso mayor para las víctimas, lo que aumenta los costes de las infracciones a una media de 4,43 millones de dólares.
De hecho, en Oriente Medio, que históricamente experimenta una mayor proporción de ataques de estado en comparación con otras partes del mundo, experimentó un aumento por encima del 9% anual en su coste medio debido a estas filtraciones de datos, lo que lo convierte en el segundo coste más alto (6,52 millones de dólares) entre las 17 regiones estudiadas. De manera similar, el sector energético, una de las industrias más atacadas por los estados, experimentó un aumento del 14% en los costes a causa de estas filtraciones año tras año, con un promedio de 6,39 millones de dólares.
Las tecnologías de seguridad avanzadas, una opción inteligente para los negocios
El informe también pone de relieve la creciente brecha en los costes de las infracciones entre las empresas que implementan tecnologías de seguridad avanzadas y las que se han quedado atrás, revelando una diferencia de ahorro de costes de 3,58 millones de dólares para las empresas con automatización de seguridad totalmente desplegada frente a las que aún no han desplegado este tipo de tecnología. La diferencia ha aumentado en 2 millones de dólares.
El tiempo de respuesta a las infracciones es significativamente más corto, lo que contribuye a que los costes de las infracciones sean menores para las empresas debido a la automatización de la seguridad completamente desplegada. El informe señala que la IA, el aprendizaje automático, el análisis y otras formas de automatización de la seguridad están permitiendo a las empresas responder a las infracciones un 27% más rápido que las empresas que aún no han desplegado la automatización de la seguridad – estas últimas requieren en promedio 74 días adicionales para identificar y contener una infracción.
La preparación para la respuesta a incidentes (IR) también sigue influyendo en gran medida en las consecuencias financieras de una infracción. Las empresas que no disponen de un equipo de RI ni prueban sus planes de RI tienen un coste promedio de 5,29 millones de dólares por infracción, mientras que las empresas que disponen de un equipo de RI y utilizan simulaciones para probar sus planes tienen un coste de 2 millones de dólares menos por infracción, lo que reafirma que la preparación supone un importante rendimiento de la inversión en ciberseguridad.
Algunas conclusiones adicionales del informe de este año incluyen:
- El riesgo del trabajo a distancia tendrá un coste – Con modelos de trabajo híbridos que crean entornos menos controlados, el informe señala que el 70% de las empresas que adoptaron el teletrabajo en medio de la pandemia esperan que exacerbe los costes de la filtración de datos.
- Los CISOs fallaron por filtraciones, a pesar de su limitado poder de decisión: El 46% de los encuestados dijeron que su CISO/CSO es el responsable de la brecha, a pesar de que sólo el 27% declaró que el CISO/CSO es el responsable de la política de seguridad y de la toma de decisiones tecnológicas. El informe encontró que el nombramiento de un CISO se asoció con 145.000 dólares de ahorro de costes frente al coste medio de una infracción.
- Las reclamaciones de la mayoría de los negocios ciber asegurados son con cargos a terceros. El informe constata que las infracciones en las organizaciones con ciber seguros cuestan de promedio casi $200,000. De hecho, de las organizaciones que tienen sus ciber seguros, el 51% lo usan para cubrir los honorarios de consultoría y servicios legales de terceros. Mientras que el 45% de las organizaciones lo emplean para los costes de reparación de los afectados. Menos de un 10% de las reclamaciones son para cubrir el costo de secuestro de datos y extorsión.
- Perspectivas regionales e industriales: Mientras que los Estados Unidos continuaron experimentando los costes más altos de violación de datos en el mundo, con un promedio de 8,64 millones de dólares, el informe encontró que los países escandinavos experimentaron el mayor aumento año tras año en los costos por filtración de datos, observando un aumento de cerca del 13%. El sector de la salud continuó incurriendo en los costes más altos, con 7,13 millones de dólares de media, un aumento de más del 10% con respecto al estudio de 2019.