La crisis del coronavirus va a cambiar las reglas de los negocios internacionales y la forma en que las empresas se relacionan. Un estudio de Gedeth Network con investigadoras de la Universidad de Sídney revela que las principales amenazas que surgen de la crisis del COVID-19 son la inestabilidad financiera (un 65% de las respuestas) y la caída de la demanda (63%).
Especialmente preocupante de cara a los negocios internacionales es que casi uno de cada dos encuestados cree que aumentarán los nacionalismos (el 45%). Un temor que se nota especialmente entre las grandes empresas, donde el 48% considera el aumento del nacionalismo como la principal amenaza de la crisis. Siguiendo el análisis de las nuevas amenazas para los negocios internacionales por el tipo de empresa, las asociaciones son las que más se inquietan ante la posible rotura de la cadena de suministro (46%), mientras que las instituciones públicas son las que más alertas están por la caída de la demanda (64%). Curiosamente, el 5% de las pymes considera que la crisis del COVID no representará ninguna amenaza para los negocios internacionales, el porcentaje más alto entre las diferentes tipologías de empresas, aunque muchas de las encuestadas expresaron su preocupación por el aumento de las barreras arancelarias.
Del mismo modo que los aranceles afectarán a la circulación de mercancías, las restricciones para viajar también suponen una amenaza. Esto está obligando a rediseñar los departamentos de exportación y se identifica un enorme crecimiento de la demanda de servicios de outsourcing comercial: desde realizar storechecks a representar comercialmente a la empresa.
“El estudio revela una importante inquietud ante las medidas de proteccionismo que tomarán los dirigentes de los diferentes países para velar por su economía y sus empresas”, advierte Juan Millán, socio director de Gedeth Network. “Es lógico prever como consecuencia de la pandemia un aumento de las medidas proteccionistas de los diferentes gobiernos a lo que hay que añadir la tendencia de los consumidores a apostar por productos locales para ayudar a la recuperación económica. Sin embargo, la creación de barreras en un sitio supone la oportunidad de explorar nuevos mercados y regiones”.
En este sentido la subida de aranceles de EE.UU a Airbus, pasando del 10% al 15% y la consiguiente respuesta de la UE de imponer aranceles por 40 millones de euros a tres productos de Estados Unidos (a las importaciones de mecheros y a las de piezas de plástico para mobiliario y para febrero de 2023 a las de barajas de cartas) pueden ser sólo el principio. Trump ya ha amenazado con una posible subida de aranceles de importación de hasta el 100% a productos como la malta, la cerveza, la ginebra, el vodka, las aceitunas, el chocolate, los camiones y la maquinaria procedente de países de la UE, entre ellos España.
Una decisión que perjudicaría enormemente al sector agroalimentario español, que podría redirigir sus esfuerzos a Canadá donde productos como el aceite y, en general, los productos gourmet cuentan con muy buena aceptación. Algo similar a lo que ocurre en Escandinavia o en Australia, que podría convertirse en una alternativa interesante para las exportaciones españolas, aprovechando la popularidad y el tirón de los chefs españoles.
Las pymes son, según el estudio, las más optimistas de cara a las nuevas oportunidades que surgirán de las propias amenazas que deja la pandemia. Así, frente al temor a la rotura de suministro y la cadena de valor expresada por las grandes empresas e instituciones, las pymes ven una oportunidad para ofrecer sus servicios de especialización o para beneficiarse de la búsqueda de nuevos proveedores más cercanos por parte de las grandes multinacionales.
Analizando los datos del estudio sobre el impacto del COVID-19 en los negocios internacionales por zonas geográficas, las empresas de África y Oriente Medio son las que mayor temor muestran por el aumento de los nacionalismos (un 55%), las de América del Norte y Europa por la caída de la demanda (un 67% y un 64% respectivamente) y las de Asia-Pacífico y Latinoamérica por la inestabilidad financiera (un 67% y un 71% respectivamente). Llama la atención el hecho de que casi para una de cada diez empresas de África y Oriente Medio (el 9%) la crisis no supondrá ninguna amenaza, lo que abre la puerta a que las empresas españolas exploren las oportunidades de negocio que hay en África para acompañar el crecimiento de una nueva clase joven y emprendedora que va a protagonizar una nueva revolución económica para deshacerse de los tradicionales estigmas de corrupción asociados con el continente. En este sentido, existen interesantes oportunidades para la construcción (residencias, industria, hospitales), salud (tecnología, equipamiento, servicios…), tecnología para infraestructuras, la digitalización de África para cumplir con los ODS o el turismo de negocio.
Las empresas de ocio y turismo son las que más expresaron su inquietud (un 60% de los encuestados) ante la inestabilidad política causada por la crisis del COVID-19. Por su parte, el sector alimentario es el que más preocupante ve la rotura de las cadenas de suministro (44%) por lo que deben reforzar la búsqueda de proveedores alternativos.
El estudio de Gedeth, en colaboración con dos investigadoras de la Universidad de Sídney, sobre “El efecto del COVID-19 en los negocios internacionales” se ha realizado durante el mes de junio y ha analizado las respuestas de más de 500 empresas e instituciones de 56 países. Estos países representan el 85% del PIB mundial y el 66% de la población.