Opinión | Tecnología IoT para recuperar la actividad después del Covid y evitar su expansión

En un mundo cada vez más globalizado, desgraciadamente, esta no será la última pandemia aunque sí debería ser el último confinamiento al que nos vemos obligados.

La crisis que estamos viviendo como consecuencia de la pandemia del Covid nos tiene que dejar grandes aprendizajes para no volver a caer en los mismos errores que han derivado en la situación actual. Porque en un mundo cada vez más globalizado, desgraciadamente, esta no será la última pandemia aunque sí debería ser el último confinamiento al que nos vemos obligados. 

Una vez superada la fase inicial de alarma sanitaria y sin dejar de lamentar la consecuente pérdida masiva de vidas humanas, es tiempo de poner manos a la obra para desbloquear la parálisis económica y social. 

En muchos países como España la población reclama a las autoridades que se ejecuten los análisis que sean necesarios para diferenciar a la población enferma de la que no lo está. Esto es algo crítico para poder reactivar la economía y frenar la pérdida de empleo. 

Mientras algunos deshojan la margarita de la viabilidad de las PCRs o los test rápidos, es urgente aplicar medidas urgentes para sacar a los ciudadanos de un confinamiento que se hace insoportable para la salud y los bolsillos. 

La tecnología IoT juega un papel muy oportuno en la vuelta del público a las calles con cierta seguridad. La conexión entre el mundo físico y el digital se hace más necesaria ahora que nunca para analizar la realidad con datos objetivos y utilizar esos parámetros para activar alarmas o establecer acciones coherentes. 

Voy a exponer tres casos reales de aplicación que pueden resultar muy útiles para la vuelta a eso que ahora todos llaman la “nueva normalidad”: la sanitaria, la empresarial y la social.

En el ámbito sanitario, los servicios de salud tienen que volver a recobrar su actividad habitual: consultas de atención primaria, visitas a especialistas, seguimiento de enfermos crónicos, operaciones post-puestas. ¿Vamos a volver a los hospitales y centros de salud que antes de la pandemia ya estaban saturados a llenar las salas de espera? La respuesta es no si podemos evitarlo. Cualquier solución de control remota de la salud agilizaría los servicios y evitaría personas deambulando por los espacios sanitarios sin necesidad. Por tanto, promovamos que los usuarios de la sanidad dispongan de instrumentos de medición que les permitan vigilar sus parámetros de salud y compartir los resultados con los sanitarios a distancia. En estas semanas ha quedado probado que la teleasistencia para la atención primaria es posible. Extendámosla mejorando así la eficiencia del sistema. 

Segundo escenario: el de la actividad laboral, ya sea pública o privada. Imaginen que tienen la suerte de poder regresar físicamente a sus puestos de trabajo. Volver a compartir espacios cerrados, salas de reuniones, comedores, aulas, aseos, etc. con otras personas de su organización. Es aquí cuando se hace más necesario que nunca saber si los trabajadores y las personas que entran en nuestro espacio de trabajo están enfermos. Podrá haber algunos que hayan superado la enfermedad, otros que sean asintomáticos pero, sin duda, en ausencia de pruebas médicas fiables, la fiebre es uno de los síntomas inequívocos de presencia de esta u otras infecciones. ¿Cuánta expansión se habría conseguido frenar si en los aeropuertos, estaciones de tren y espacios públicos, se hubieran instalado sistemas de cribado de pasajeros?

Para finalizar, apliquemos la tecnología IoT también en la reconquista de la actividad social, comercial y cultural. Frente a la laxitud de algunos países en las condiciones de aplicación de las medidas de distanciamiento social, surge la necesidad concreta de los espacios comerciales y culturales de proporcionar a los clientes la seguridad y fiabilidad de que no van a sufrir riesgo de contagio. Si voy a salir a un supermercado, a un centro comercial o incluso a un restaurante prefiero ir a aquellos que respeten las distancias y aforo recomendados. Y lo haré mejor conociendo de antemano cuál es su ocupación en tiempo real a través de Internet, sin que para ello cada establecimiento tenga que poner a un empleado con un contador en cada puerta. La tecnología de detección de personas e incluso de tráfico de vehículos mediante el escaneo de dispositivos móviles es una buena herramienta para ello sin restar la privacidad que las cámaras de vigilancia siempre ponen en cuestión. Incluso para que las fuerzas de seguridad establezcan controles solo donde se necesita en función de la saturación de las zonas urbanas en cada momento. 

Está claro que vamos a una realidad diferente y que tenemos que dotar a nuestras empresas, ciudades y ciudadanos de la tecnología que de verdad permita continuar con su vida. Porque es lo más preciado que tenemos. 

Por Alicia Asín, cofundadora de Libelium


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