Actualmente, vivimos en una constante transformación digital con tecnologías que han cambiado para siempre lo que entendíamos por espacios de trabajo “ideales”. Las personas y las empresas están en constante evolución tecnológica y el paradigma de oficinas repletas de empleados, sentados en sus escritorios, ya no es reflejo de la manera en la que trabajamos.
Las generaciones que son nativas digitales buscan hoy nuevas formas de trabajar, que les permitan complementar sus ingresos, realizar labores remotamente y compatibilizar las tareas profesionales con su vida personal. Esta visión es la que explica la fuerza que ha adquirido el fenómeno que conocemos como Gig Economy, que en términos laborales tiene que ver con la figura de los “freelancers” y profesionales tercerizados, que permite a las empresas contratar a personas por un periodo de tiempo determinado o tareas específicas.
Esto no es una mera predicción. Según el estudio “From Workforce to Workfit”, realizado por la empresa especializada en consultoría externa Kelly Services, Asia encabeza la demanda de este tipo de personas con un 84%, seguido por Europa con un 80%, América del Sur con un 54% y Estados Unidos con un 47%. Otras cifras que llaman bastante la atención son que un 62% de los gerentes que recurren a trabajadores freelance consideran que estos son los empleados del futuro y que un 97% de las empresas que trabajan con agentes libres indican sentirse satisfechas con los resultados.
Sin embargo, el Gig Economy representa también un desafío importante para las compañías en términos de la seguridad de los datos, puesto que significa entregar acceso a información corporativa a personas que no son empleados, pero que requieren utilizarla para llevar a cabo las tareas para las que fueron contratadas. En este sentido, los métodos tradicionales -como cambiar la contraseña de las cuentas o actualizar el programa antivirus- ya no bastan porque el mundo, el espacio de trabajo y la tecnología evolucionaron. Vivimos nuevos tiempos que requieren nuevos enfoques en seguridad.
Para esto, la tecnología de la virtualización de aplicaciones y escritorios es clave para garantizar que los datos siempre estén seguros y centralizados en un datacenter y no almacenados en los diferentes dispositivos que pueden utilizar los colaboradores “freelancers”. Además, con este tipo de soluciones, los empleados “part time” necesitan autentificación para acceder a las aplicaciones y a la información corporativa, de manera que el área de TI pueda hacer un seguimiento del uso de los datos e incluso eliminar el acceso cuando dichos colaboradores dejan de trabajar para la compañía.
Otro punto importante es poner a las personas en el centro de la estrategia de seguridad, con lo que se denomina seguridad contextual. A través del uso de ‘algoritmos machine learning’ se pueden conocer los comportamientos de los usuarios, cómo usan la tecnología y cómo utilizan los datos, de manera de resguardar la información corporativa, sin afectar la productividad, la experiencia de trabajo y sin aplicar políticas restrictivas.
Por último, también es recomendable crear una infraestructura segura desde su concepción, capaz de resistir a ataques o mitigar los efectos de comportamientos riesgosos. Para ellos, existen soluciones tendientes a encriptar el tráfico que circula en la red y aplicar un software que verifique la identidad y las credenciales de acceso de las personas.
Hoy la transformación digital del espacio de trabajo ha generado que tendencias como el Gig Economy sean una realidad que llegó para quedarse. El reto entonces es implementar soluciones que contribuyan a la generación de nuevos espacios de trabajo de flexibles, que combinen de la mejor manera la experiencia del usuario y la seguridad de los datos.
Por Marcos Vieyra, Gerente Comercial de Citrix en Chile