La tecnología del comercio electrónico ha evolucionado constantemente desde que la conocemos, hace poco más de 20 años, cuando se inició el auge de las comunicaciones y ventas por internet. Aunque los primeros registros de este tipo de comercio, datan de la década de los 70’s, cuando se emitieron las primeras órdenes de compra y facturas a través de medios no físicos. A diferencia de aquel entonces, en la actualidad las personas no poseemos la misma capacidad de asombro y damos por hechas bastantes situaciones de nuestro día a día, precisamente por hacer parte de un mundo mucho más veloz, en constante cambio y movimiento.
A lo largo de estos años se han ido perfeccionando técnicas comerciales de todo tipo y a pesar de que la tecnología nos ha vuelto más impersonales en algunos hábitos, el enfoque del e-commerce a nivel global ha sido impulsar la interacción con los diferentes clientes internos y externos, con el fin de crear lazos más estrechos en la comunicación y lograr una cercanía que se traducirá en confianza y preferencia al momento de tener que elegir entre unas u otras marcas, productos o servicios. La importancia de los datos radica en obtener la información para conocer tanto al cliente como al mercado y aprovechar al máximo el potencial comercial que parte del entendimiento de los diferentes participantes en los procesos de ventas.
La información que se obtiene a partir de los datos recolectados hace parte de un proceso en el que se desarrollan nuevos mecanismos para que el consumidor obtenga de manera más fácil los productos o servicios que requiera y haya un permanente contacto con la empresa que se los suministre. La buena custodia de los datos implica que las compañías deben tener sistemas que les permitan individualizar las preferencias de los usuarios para crear unos perfiles basados en los gustos de cada uno así como también debe haber unos conceptos generales, creados a partir de la comunidad a la que están dirigidos.
El correcto almacenamiento y administración de la información es lo que lleva a las compañías a tener mayores niveles de interacción con los clientes, partiendo de la base que los usuarios van a preferir siempre a las empresas que entiendan sus preferencias, así no exista el acompañamiento físico de por medio durante el proceso de compra, como en una tienda de algún centro comercial, por ejemplo. Las ventas a través de medios electrónicos están en permanente evolución y crecimiento, logrando cambios importantes en la manera de adquirir lo que queremos o necesitamos, entendiendo que en un futuro no muy lejano, lo habitual será realizar compras no presenciales sino a distancia, utilizando plataformas virtuales. Por lo tanto, las empresas que trabajan en este tipo de comercio, se esfuerzan incansablemente para obtener la satisfacción, pero también la gratitud y la lealtad de los clientes que, finalmente, son la razón de ser de todo negocio.
Por Lisandro Sciutto, director, Product Managment, Infor