Lo anterior resulta en una proporcionalidad entre las exigencias de datos del consumidor final y de los proveedores de servicios. A mayor tamaño de los archivos que se manejan, a mayor movilidad requerida y a mayor seguridad que se reclame, mejores y más potentes deberán ser los servicios prestados. La nube crece, la velocidad crece y las infraestructuras crecerán.
Las empresas devorarán el ancho de banda
A partir de 2017, las empresas tecnológicas comenzarán a redefinir el apetito del ancho de banda de sus clientes. En lugar de definir a las empresas como “PYME” o “gran empresa” en función del número de empleados que tienen o de sus ingresos, se empezarán a definir por su uso del ancho de banda.
Las empresas con hambre de ancho de banda están a la vanguardia de la transformación digital, tienen la nube implementada y a menudo son pioneras en su sector. Existen gigantes internacionales como AirBnB y Uber que ya son completamente dependientes de la nube, pero además, cualquier empresa, por pequeña que sea, puede estar a la vanguardia de la tecnología. Por ejemplo, una pequeña desarrolladora de realidad aumentada, de menos de 20 empleados, necesita mover grandes cantidades de datos de vídeo, entre sus ordenadores y una granja de renderizado de manera contínua durante un mes, por lo que lo habitual es que, aunque sean más pequeños, también se apoyen en la nube.
Los negocios se reorientarán más que nunca hacia el consumidor final
La migración a la nube por parte de las empresas de todos los tipos y tamaños se acelerará exponencialmente. La sociedad se está acostumbrando a querer lo que quiere cuando quiere, y a menudo está dispuesto a pagar una prima para que las condiciones sean las que más les convienen. Sin embargo, estos costos más altos se pueden mitigar compartiendo o alquilando en lugar de poseerlo como la última moda de los servicios de economía colaborativa. Por ejemplo, DriveNow de BMW, una aplicación de alquiler de coches al estilo de Zipcar, pero comercializado como una experiencia aún más premium. El mayor cambio aquí es que la gente está optando por adquirir una solución de flexible de movilidad, en lugar de invertir en un coche porque es lo que están demandando.
Esto mismo está sucediendo en los servicios de red. El fenómeno de la nube se produjo como resultado de la nueva estrategia de las empresas de pasarse a un modelo de alquiler y de pago por uso de su infraestructura. Las empresas hoy en día tienen que centrarse en ofrecer un valor real al consumidor final y especializarse en ese valor, dejando que empresas especializadas se centren en la inteligencia de red.
La estrategia de la red girará en torno al apetito de las empresas por el ancho de banda
A medida que tecnologías como SDN (Software Defined Networking) y NFV (Network Functions Virtualisation) se vuelven más maduras y populares, los proveedores de red y las empresas dejarán de referirse a ellos de forma independiente y empezarán a hablar de “inteligencia de red” o “estrategia de red”. Para las empresas de hoy, muchas de las cuales se encuentran en plena transformación digital, el ancho de banda es un requisito fundamental, una mercancía esencial, y se encuentra en la misma categoría que el poder y el agua. En la economía de información masificada, el ancho de banda debe ser entregado donde es necesario y cuando se necesita en una infraestructura de alta calidad, constante y fiable.
Una red inteligente se convierte en un activo, con la capacidad de satisfacer las necesidades mixtas de los usuarios finales y los clientes, promoviendo la distribución y el consumo a demanda, a la persona adecuada en el momento adecuado, incluso anticipando los requisitos futuros.
Hoy en día somos capaces de crear inteligencia en, alrededor y a través de la red, creando un servicio que es básicamente un “ancho de banda inteligente” para el usuario, pero que está habilitado para la gestión colectiva automatizada del operador habitual. Este es un recurso que permite a una organización proporcionar dinámicamente, o auto provisionarse, de acuerdo con los requerimientos de negocio en tiempo real, los cuales son cada vez más impulsados por las expectativas y demandas de los usuarios.
El nacimiento de la “Network federation”
Aunque Internet es una “red de redes”, la interconexión y la interacción a gran escala han sido frenadas por obstáculos tecnológicos que impiden que las redes hablen entre sí. La interacción de red a red ahora es posible, y esto mismo va a ser un cambio de juego total en términos de lo que significa para la distribución de información en una escala masiva. De hecho, las implicaciones completas aún no están claras, pero estamos hablando de que los usuarios finales pueden proveer conexiones y capacidad en redes de otros países, en infraestructura administrada por diferentes proveedores, en tiempo real y desde un portal.
Tecnológicamente esta es una nueva era, pero económica y comercialmente es aún más grande que eso.
Por Carl Grivner, CEO de Colt