En la actualidad, el mundo se encuentra más conectado, lo que supone un entorno diferente para las organizaciones. A medida que los negocios operan a escala global, la cantidad de información incrementa y, por ende, se requieren nuevos esquemas de seguridad y colaboración. Empresas de todo el mundo se encuentran migrando hacia soluciones que les permitan enfrentar estos nuevos retos sin necesidad de aumentar costos y aumentando su eficiencia.
En este sentido, cada día más empresas optan por una red administrada en la nube (CMN, por sus siglas en inglés) con la finalidad de implementar, controlar y administrar de una forma más eficiente sus redes, sin olvidar los altos costos operativos en personal de TI e infraestructura que se generan con redes suministradas on premise. Pero, ¿en qué consiste un modelo de red administrada en la nube para una empresa?
Una red administrada en la nube es un modelo de implementación en el que un proveedor añade capas adicionales a la cartera de tecnologías en la nube, a la administración de la misma y a los servicios de TI sobre una nube pública, privada o híbrida. Este modelo de implementación es más adecuado cuando las organizaciones necesitan servicios flexibles, escalables y fáciles de implementar, pero no cuentan con la experiencia y los recursos necesarios para ejecutarlos, por consecuencia el modelo óptimo de implementación de la nube depende de la naturaleza de la aplicación, de la carga de trabajo y del tipo de datos almacenados en la nube.
Uno de los muchos beneficios que ofrece una red administrada en la nube es que utiliza un modelo SaaS (Software as a Service) para proporcionar de manera segura facilidad de uso, simplicidad de control y un análisis de los dispositivos más preciso.
Además, implementar una red administrada otorgará a su empresa los siguientes beneficios:
· Flexibilidad. En el momento en que una empresa necesita más ancho de banda de lo normal, un servicio basado en la nube puede cumplir con la demanda debido a la gran capacidad de los servidores remotos.
· Mayor colaboración. La nube aumenta la colaboración ya que permite a los empleados estar al día y trabajar en documentos y aplicaciones compartidas de forma simultánea y remota.
· Escalabilidad. La empresa amplía sus opciones de almacenamiento para cubrir sus necesidades sin problema.
· Facilidad de implementación. No hay necesidad de implementar hardware ni contar con una infraestructura específica.
· Disminución de costos. Implementando una red administrada en la nube, se reducen los costos operativos y de infraestructura.
Sin duda alguna, una red administrada en la nube aportará facilidad de uso en la administración e implementación de equipos, además de visibilidad, escalabilidad y seguridad, lo cual le permitirá a su organización poder alcanzar sus objetivos de negocio. Al final del día, es esencial comprender las necesidades de su empresa para poder elegir estratégicamente que tipo de infraestructura de nube se adecua más a sus necesidades.
Por Francisco Villareal, Director de Ingeniería en Extreme Networks para México, Venezuela, Ecuador, Colombia y Centroamérica