La investigación fue realizada por la compañía Concord Communications, según la cual un elevado número de administradores había, en algún momento de su carrera, desahogado sus iras y frustraciones contra los equipos informáticos a su alcance.
El estudio precisa que las iras y frustraciones del caso se debían precisamente a problemas de índole informático.
Los componentes más afectados por las agresiones del usuario son los teclados y ratones, seguidos de cerca por monitores, informa The Electronic Telegraph.
En algunos casos extremos, toda la máquina fue a dar al suelo, con las consecuencias fáciles de prever. El estudio nada indica sobre el arrepentimiento que suele seguir a los actos de violencia (o si sirvió de algo al tratarse de equipos electrónicos dañados).