”Sin China no habría 4G”

El gigante chino de las telecomunicaciones, Huawei, enfrenta serias dificultades en Estados Unidos, donde un comité del Congreso ha concluido que la empresa amenaza la seguridad interior del país.

El tema ha causado interés e inquietud internacional; ¿Es posible dejar infraestructura tecnológica crítica en manos de una empresa sometida a comités del Partido Comunista chino y a las autoridades de seguridad de Pekín?

John Suffolk, director global de ciberseguridad en Huawei, ha publicado un libro blanco titulado
Cyber Security Perspectives: 21st century technology and security – a difficult marriage (documento PDF de 24 páginas, en inglés).

El documento parte de la premisa que Huawei es un proveedor TI global, que durante la última década ha desempeñado un papel clave, llevando banda ancha a un gran número de países.
Los equipos de Huawei vinculan casi a una tercera parte de los habitantes del planeta. La empresa afirma dice tener ”profundos conocimientos técnicos sobre el funcionamiento de las redes, y la forma en que la tecnología ocupa un papel fundamental para fomentar la salud, riqueza, seguridad y desarrollo en todo el mundo”.

Un elemento recurrente en el informe es que la ciberseguridad es una responsabilidad global. Una mejor seguridad informática sólo puede ser alcanzada mediante la cooperación entre proveedores y clientes, y entre los sectores público y privado. Esto hace necesario contar con estándares, intercambio internacional de ”mejores prácticas” e intercambio sistemático de información sobre intentos de sabotaje y vandalismo informático.

En el documento se desaconsejan las soluciones basadas en simple retórica política. Al respecto, Suffolk señala que ”las soluciones eficaces, globales y relevantes para los sectores tecnológicos requieren de un diálogo prudente y objetivo, y no de litigios comerciales o políticos”.

Huawei aborda además la polémica en torno al concepto de ”tecnología extranjera”, que se escucha con especial frecuencia en Estados Unidos, en el sentido que ”es mejor elegir soluciones estadounidenses” o, al menos, no chinas. El planteamiento de Huawei es que ninguna empresa estadounidense está capacitada para ofrecer e instalar redes de telefonía móvil ”4G”. Las alternativas a Huawei y ZTE son Ericsson y Alcatel-Lucent, empresas con sede en Suecia y Francia, respectivamente.

Asimismo, Huawei destaca que todos los grandes fabricantes y proveedores de equipos de telecomunicaciones tienen subsidiarias o fábricas en China. Por ejemplo, menciona el caso de Alcatel-Lucent, que ha trasladado una tercera parte de su producción global a Shangai Bell. Para el caso de Ericsson, su mayor proveedor es Ericsson Panda Communications, en Nanjing.
Nokia Siemens Networks en tanto, cuenta con 10 instalaciones globales de producción, cinco de las cuales están en China, y dos en la India.

Más del 25% de la producción global de Cisco tiene lugar en China, donde la empresa ha establecido centros de investigación y desarrollo en seis grandes ciudades. La empresa tiene un programa de inversiones de 16 mil millones de dólares, destinados a formar a 100.000 ingenieros y crear 300 centros de capacitación a nivel universitario.

Huawei destaca que tal interés es, en todo caso, recíproco, y que tiene proyectos equivalentes en Norteamérica, entre otras regiones. En septiembre, por ejemplo, Huawei anunció un plan de inversión para el Reino Unido por un valor de 2 mil millones de dólares.

”El concepto de ´desarrollado en el extranjero´ en el globalizado mundo actual carece de sentido. Igual de absurda es la idea de que las empresas y productos provenientes de una región del mundo sean más confiables que las empresas y productos de otra región”, opina Huawei.

Para respaldar tal idea, Suffolk menciona un informe de Microsoft, fechado en julio de 2011, titulado Cyber Supply Chain Risk Management: Toward a Global Vision of Transparency and Trust , del que cita la siguiente conclusión: ”Es comprensible que las autoridades se preocupen por los riesgos en materia de seguridad informática. Sin embargo, es importante que no reaccionen amenazando la vitalidad del sector TI global, ya que podrían terminar asfixiando la innovación y la competencia”.

Ilustración: John Suffolk, director global de ciberseguridad en Huawei


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