Según la publicación VentureBeat, el gobierno de Cuba ha firmado un acuerdo con la Federación Rusa para volver a abrir Lourdes, base de inteligencia construida por la entonces Unión Soviética en la Guerra Fría con el fin de interceptar señales de radio de ultra alta frecuencia (UHF) provenientes de Estados Unidos. La base, abierta en la década de 1970, fue cerrada en agosto de 2001.
El acuerdo fue firmado la semana pasada entre el presidente ruso Vladimir Putin y Raúl Castro. “Cuba es uno de los pocos países que estos días la bienvenida a Putin con los brazos abiertos”, escribe la publicación, agregando que el presidente de Rusia enfrenta estos días la indignación internacional después que guerrillas pro-rusas de Crimea derribaran la semana pasada el vuelo Malaysian Airlines 777 con un sofisticado misil tierra-aire.
Indudablemente, la tecnología ha evolucionado sobremanera desde la década de 1970, dejando atrás la radio UHF, por lo que queda preguntarse cual es la verdadera intención de Rusia. “Es una movida política, propia de la Guerra Fría, nada más”, dijo un ex funcionario de la Agencia de Seguridad Nacional, no individualizado, a VentureBeat.
“Los rusos no tienen que llamar la atención anunciando la apertura de un puesto de escucha SIGINT. Si fuesen serios acerca de la interceptación de las comunicaciones desde Cuba, no estarían anunciándolo públicamente”. En otras palabras, según la fuente el anuncio sería una estrategia política y no una amenaza real de inteligencia.
“Las relaciones públicas son el objetivo final aquí. Así que puedes apostar que los rusos no están haciendo nada significativo en cuanto a la intercepción de comunicaciones”, dijo el ex funcionario de la NSA citado por VentureBeat.
Lourdes está a unos 160 km de Estados Unidos y en su momento fue considerado el mayor puesto de escucha soviética fuera de la URSS. En su punto máximo en la década de 1970, más de 3.000 técnicos rusos manejaban los controles, interceptando y analizando las comunicaciones dentro de los EE.UU., al igual que las llamadas telefónicas y comunicaciones de radio.
La publicación observa que estos días, una gran parte de la recolección de datos al estilo SIGINT se realiza mediante redes informáticas o equipos ocultos en edificios anodinos y puestos de escucha encubiertos y dispersos por todo el mundo. “Obviamente, los técnicos que participan en ese tipo de trabajo no quieren revelar sus métodos”, concluye señalando la fuente de VentureBeat. “Actualmente hablamos de computadora a computadora, y no de la ubicación del operador”.
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