Microsoft anunció el 5 de mayo que Windows 10 está instalado en 300 millones de dispositivos a escala global. Esta cifra supera en 30 y 100 millones, respectivamente, las estadísticas de marzo y diciembre.
El interés por actualizar se explica en parte con el tiempo que ha transcurrido desde el lanzamiento del sistema operativo, y también por acercarse el plazo de actualización gratuita desde Windows 7 y Windows 8.x. Con todo, el objetivo declarado de 1.000 millones de usuarios de Windows 10 a dos años de lanzamiento del producto; es decir, para julio de 2017, parece ser un objetivo distante, aunque no imposible.
Hasta el día 29 de julio de 2016 será posible actualizar gratuitamente a Windows 10 para la mayoría de los usuarios de Windows 7 y Windows 8.x. La empresa confirmó este plazo ayer, indicando que no sería renovable. Por el contrario, Microsoft recalcó que a partir del 30 de julio la utilización de Windows 10 supondrá la compra de un dispositivo nuevo, o del sistema operativo en forma independiente. Windows 10 Home tendrá un precio de US$119 en Estados Unidos, mientras que la versión Professional tendrá un precio superior.
Los plazos y ofertas no se aplican a las empresas con acuerdos específicos. Esto implica que las empresas pueden actualizar cuando lo estimen conveniente. Microsoft pronostica una mayor demanda de Windows 10 en el sector empresarial hacia fines del presente año.
Indudablemente, no hay inconveniente alguno en continuar utilizando Windows 7 u 8.x, ya que Microsoft ofrecerá soporte para el primero de ellos hasta el 14 de enero de 2020, y para el segundo hasta el 10 de enero de 2023.
Un portavoz de Microsoft confirmó a la publicación Betanews que toda la insistencia de la empresa frente a los usuarios que aún no han actualizado llegará a su fin el 29 de julio. Con ello, todas las herramientas y ventanas que recuerdan la posibilidad de actualizar serán eliminadas a partir de ese día.
