El nuevo estándar apunta específicamente al establecimiento de un filtro incluido en el visualizador web, que impida el acceso a sitios web de contenido pornográfico y a otro material pernicioso (violencia, racismo, etc).
En la práctica, el nuevo estándar implicaría que las páginas web incluyan un código específico que haría identificable la naturaleza de su contenido. El usuario podría entonces configurar su visualizador web de forma que simplemente no presente las páginas de contenido no deseado.
Al contarse con tal estándar, dependería entonces exclusivamente de cada país instrumentar leyes que obliguen a los autores de páginas web a incluir en ellas el código identificador.