La elevada suma corresponde a los gastos en que GTE asegura haber incurrido al probar, corregir y actualizar sus equipos y sistemas informáticos contra la falla del milenio.
Llama la atención que GTE no esté demandando a proveedores de servicios o vendedores de equipos, sino a las cinco compañías donde tiene contratados seguros de riesgo. Según The Wall Street Journal, GTE estima que las pólizas establecen claramente la obligación de las aseguradoras de cubrir gastos por destrucción o interrupción en sus datos informáticos, códigos y programas.
En tal contexto, la publicación menciona que los políticos estadounidenses trabajan actualmente en la elaboración de un marco jurídico que brinde a la industria informática una mejor protección contra las demandas que puedan presentarse en su contra debido al Y2K. La idea sería evitar quiebras masivas en la industria.