Otellini nació el 12 octubre 1950, y el plan original era que estuviese al frente de Intel hasta cumplidos los 65 años. En lugar de ello, ahora se inicia un proceso de transición de seis meses, que resultará en el nombramiento de un nuevo CEO.
En una breve declaración, Otellini expresa su disponibilidad como consejero para la gerencia general de Intel después de haber abandonado la empresa.
Otellini ha trabajado en Intel durante 40 de los 45 años que tiene la empresa. Asumió el máximo cargo ejecutivo en mayo de 2005, como sucesor de Craig Barrett, convirtiéndose así en el quinto CEO de Intel. Se incorporó a la empresa en 1974, el mismo año en que concluyó su maestría en administración de empresas en la Universidad de California, Berkeley. Ha formado parte de la gerencia de la empresa desde 1993, cuando fue nombrado vicepresidente senior.
En el comunicado oficial se indica que la gerencia se abocará a la búsqueda del sucesor de Otellini, y que considerará candidatos internos y externos. Paralelamente, se anuncia que tres directores senior han sido ascendidos al rango de vicepresidentes ejecutivos: Renee James, de la división de software de Intel; Brian Krzanich, COO (chief operating officer) responsable de producción, y Stacy Smith, CFO (chief financial offficer) a cargo de estrategias.
Estos ascensos hacen que sea natural considerar estos tres ejecutivos como candidatos al cargo de CEO. Otros candidatos nombrados por los medios estadounidenses son el director de desarrollo de productos David Perlmutter y Arvind Sodhani. Ambos tienen el cargo de vicepresidentes ejecutivos.
Sean Maloney era considerado un posible sucesor de Otellini hasta que sufrió un infarto en 2010, que le llevó a jubilarse anticipadamente.
En la era Otellini la facturación anual de Intel aumentó de 38.8 mil millones de dólares a 54 mil millones de dólares anuales, sumado un fuerte incremento en los dividendos para inversionistas. Esta situación es atribuida, en parte, a una exitosa reestructuración realizada en 2006, que resultó en el despido de 10.500 empleados, equivalentes al 10% de la plantilla de la empresa. Tales medidas, sumadas a algunos cambios en procesos de diseño y producción, resultaron en una reducción de gastos del orden de los tres mil millones de dólares anuales.
Entre las medidas tomadas en 2006, Otellini se deshizo de la división ARM, por considerarla un factor de pérdidas. Desde entonces, las tabletas basadas en ARM han conquistado espacios cada vez mayores del mercado del PC, en el que Intel en gran medida basa su subsistencia. El analista de FBR Capital, Craig Berger, declaró a The Wall Street Journal que Intel se verá en la necesidad de apostar nuevamente por ARM si quiere tener alguna esperanza de ser relevante en los segmentos de smartphones y tabletas.
En declaraciones hechas a medios estadounidenses, el presidente de la junta directiva de Intel, Andy Bryant, admitió que la renuncia de Otellini fue una sorpresa. Al respecto señaló que todos esperaban que permaneciese en el cargo hasta cumplidos los 65 años, que es la edad máxima permitida por Intel. Según trascendió, Bryant intentó infructuosamente persuadir a Otellini de permanecer en la empresa.
Entre los candidatos externos relevantes se menciona al ex director de McAfee, David DeWalt, al CEO de NCR, Willam Nuti y al presidente de VMWare Pat Gelsinger (quien trabajó en Intel durante 30 años, desde 1979 hasta 2009).
Según medios financieros, la salida de Otellini no ha tenido un impacto del 20 noviembre en la cotización bursátil de Intel.
El analista de Gartner, Ken Dulaney, declaró a Financial Times que Otellini es de la generación en que dominaba el PC, agregando que lo que ahora necesitan es un visionario tecnológico, alguien que entienda los nuevos mercados y que provenga de una generación más reciente”.
