Opinión | Panorama Latam: Balance de las actividades empresariales en América Latina ante Covid-19

Se estima que los procesos para la reactivación de las actividades tarden de 2 a 3 meses, otros están postergados al siguiente año. Sin embargo, no todo el panorama es negativo, existen industrias que se han mantenido e incluso se han acelerado.

Los cierres y paros de actividad en América Latina como medidas de contención por Covid-19, han arrojado como resultado incertidumbre en varios sectores. Muchos países de la región se han visto impactados económicamente y, en productos no estratégicos, como todo lo que no está relacionado con alimentos o la industria de la salud, ha habido un decrecimiento del consumidor.

El confinamiento ha provocado menos actividad en terreno y por ende menos consumo, algunas de las industrias que han sufrido estos paros son la industria hotelera, automotriz, así como las de entretenimiento -cine, teatros, museos, entre otros- lo cual ha afectado la actividad económica y empresarial. 

No obstante, se vislumbra una luz al final del túnel con el anuncio que han hecho las autoridades sobre un regreso paulatino a las actividades. Esto genera optimismo y las empresas ya están desarrollando planes estratégicos, sin dejar a un lado las medidas sanitarias que permitirán esa integración en el mundo económico. 

Se estima que los procesos para la reactivación de las actividades tarden de 2 a 3 meses, otros están postergados al siguiente año, sin embargo, no todo el panorama es negativo, existen industrias que se han mantenido e incluso se han acelerado. Como es el caso de las bebidas y alimentos; sectores en los que algunas empresas han tenido resultados por encima de esperado, tanto en volumen como en valor, cumpliendo hasta con un mes de adelanto. 

Sin embargo, esta aceleración intempestiva de actividades ha causado un estrés operativo con relación al cumplimiento de un abastecimiento efectivo de productos en la cadena de suministro, lo cual ha traído ciertos retos operativos internos, muchos relacionados con aprovisionamiento en tiempo y forma de productos específicos y la capacidad de poder atender de manera efectiva las líneas de producción. 

Si bien la industria logística va implícita en las actividades de la industria de bebidas y alimentos, también da servicio a todos los sectores, siendo relevante, crítica y muy activa. Actualmente las cadenas de suministro se ven afectadas y modificadas de una manera importante, lo cual ha forzado una actividad más pronunciada y proactiva por parte de las compañías transportistas para adecuarse a la situación actual. En este punto, la tecnología y sus proveedores han ayudado a mitigar estos imprevistos y dar la continuidad necesaria para cumplir con la demanda de los consumidores. 

Retail. Empresas de consumo que no están necesariamente en la parte de consumo directo y/o estratégico, en definitiva, se han visto mermadas por el cierre de tiendas. Las ventas al consumidor se han ido prácticamente a cero y, en respuesta a este decrecimiento, sólo quienes han tenido la plataforma o que hayan dirigido sus esfuerzos a ventas electrónicas (e-commerce), son las que se han visto beneficiadas. 

e-commerce. Ante las medidas de aislamiento causadas por el coronavirus, las compras por internet se muestran al alza y se espera que, en México, este cambio de hábito haga crecer el sector de comercio electrónico 60% al cierre de 2020, según datos de la firma IDC. Nos encontramos en el momento indicado en el cual las empresas que basen sus actividades en ventas deben evaluar todas las herramientas con las que cuentan hasta el día de hoy. Condiciones comerciales, asignación de recursos, gente, tiempo o temporalidad de ejecución en cuanto a compromisos han dado cabida a que las empresas consideren nuevos recursos tecnológicos o fortalecer aquellos que ya tienen. 

Para ello, la tecnología sigue siendo gran aliado. Permitirá mejores oportunidades, mayor penetración en mercados que quizás no tenían previsto, o alcanzar mayor base de clientes y/o consumidores. Estamos en una situación que nos presenta una excelente oportunidad para hacer todas las operaciones existentes más productivas. Los momentos de crisis son momentos para evaluar, reflexionar y recapitular; es un momento para detenernos, junto con las actividades operativas, y analizar y repensar para crear nuevas maneras de hacer las cosas y así generar oportunidades a través de la tecnología.

Por José Luqué, director Infor Latinoamérica


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