Definitivamente, el formato de audio MP3 marcó un hito nefasto para la industria discográfica mundial, al hacer posible que los propios artistas y, por cierto, los piratas de la propiedad intelectual, distribuyan música vía Internet a un público masivo.
Sin embargo, la industria discográfica también ha descubierto el enorme potencial económico que radica en la distribución de música vía Internet, siempre y cuando sea posible asegurarse contra la copia ilegal de sus productos.
Por ello, dicha industria ha dedicado grandes recursos financieros para desarrollar, en cooperación con Microsoft, un cerrojo electrónico que evite la reproducción ilícita de música transmitida vía Internet.
Precisamente ese cerrojo ha sido ahora vulnerado por hackers, interesados quizás más bien en el desafío que implica descifrar un código que por difundir por cuenta propia música copiada ilegalmente. Microsoft, por su parte, resta importancia al problema señalando que es transitorio, a la vez que asegura que la música copiada luego de violar el cerrojo electrónico pierde gran parte de su calidad, lo que sería en sí una protección extra.