La reacción de Chambers se produce como resultado directo de las revelaciones, incluso documentadas con fotografías, según las cuales la NSA intercepta y manipula el hardware de Cisco -entre otros fabricantes- en su tránsito desde la fábrica hacia los compradores extranjeros. La información es revelada en el nuevo libro de Glenn Greenwald.
La propia NSA ha preferido no comentar el tema, con un hermetismo que contrasta con una reciente y desenfadada entrevista con un humorista estadounidense. La carta de Chambers ha sido referida por el periódico Financial Times. Días antes, la empresa había publicado un comentario en su blog oficial, donde manifiesta su consternación ante las revelaciones.
Entre otras cosas, Mark Chandler, director jurídico de Cisco, escribió: “Las tensiones entre la seguridad y la libertad son apremiantes. Las sociedades azotadas por el terrorismo no pueden ser verdaderamente libres; pero las exageraciones en la intervención gubernamental también puede socavar la libertad”.
Esta idea fue profundizada por Chambers en su carta al presidente Obama. El máximo ejecutivo de Cisco indica que la manipulación de los equipos fabricados por la empresa perjudica la confianza en la economía. “En caso de ser cierta esta información, se trataría de acciones que socavan la confianza en nuestra industria, y la capacidad de las empresas tecnológicas de distribuir sus productos a una escala global”. Chambers agrega que “la confianza en la Internet abierta y global ha resultado en enormes beneficios económicos para los Estados Unidos, y para miles de millones de personas en todo el mundo. Esta confianza está siendo erosionada por las revelaciones sobre la vigilancia gubernamental”.
La petición específica de Chambers a Obama es reanudar sus planes de reformar la NSA con verdadera eficacia, ya que de otra forma los problemas persistirán. “Simplemente no podemos operar de esta forma; nuestros clientes confían en que les entreguemos productos que cumplan los estándares más altos de integridad y seguridad. Esto hace imperativo tener nuevos estándares de conducta, que por una parte salvaguarden los objetivos de seguridad nacional, pero que al mismo tiempo satisfagan las necesidades del comercio global”.
“Señor Presidente… Pedimos a su administración dar nuevos pasos, asegurando un liderato que asegure que las directrices y reformas sean aplicadas”, concluye Chambers en su carta a Barack Obama.
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