McKinnon, conocido como el hacker del Pentágono, admitió haber realizado en 2001 y 2002 varias intrusiones cibernéticas en sistemas vinculados a la defensa estadounidense, supuestamente en búsqueda de material sobre OVNIS. Luego de un requerimiento estadounidense, diversas instancias legales británicas han resuelto extraditarle a Estados Unidos, donde arriesga una condena de hasta 70 años de cárcel por terrorismo.
Los abogados de McKinnon han realizado denodados esfuerzos por impedir la extradición, mismos que no han sido acogidos por los tribunales de su país ni por el tribunal europeo de derechos humanos.
El abogado de McKinnon, Edward Fitzgerald, ha decidido un nuevo curso de acción que apunta a que fue un error por parte de las autoridades británicas no presentar cargos contra McKinnon cuando fue detenido en Gran Bretaña en 2002. En la oportunidad, McKinnon confesó inmediatamente los hechos.
En esa oportunidad, la fiscalía de Londres determinó que no habían evidencias suficientes para procesar a McKinnon en Gran Bretaña. La ley británica está elaborada de forma tal que un sospechoso puede ser extraditado automáticamente al país cuya jurisdicción ampara a las víctimas de sus intrusiones cibernéticas. Por lo tanto, la decisión de no procesar a McKinnon implicó una decisión tácita de extraditarle a EEUU, país que estaba en ascuas debido a
los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. A EEUU le interesaba sobremanera sentar un ejemplo, en el sentido que las intrusiones informáticas constituían una forma de terrorismo.
A juicio de Fitzgerald, la fiscalía de Londres y el gobierno británico incurrieron en serias irregularidades en 2002, debido a que las evidencias disponibles eran suficientes para procesar a McKinnon en su propio país.
Fitzgerald recalca además que no se dio la debida consideración a la situación personal de McKinnon, quien padece de la enfermedad de Asperger. Los médicos del acusado aseguran que este podría desarrollar una psicosis grave, con tendencia al suicidio, en caso de ser sometido a un proceso judicial en EEUU.
El abogado Fitzgerald indica que tal situación constituye un riesgo innecesario, que podría evitarse procesando a su cliente en Gran Bretaña.
Para fines de julio se espera un pronunciamiento de High Court de Londres. .
El periódico Daily Mail ha lanzado una campaña de firmas para evitar la extradición de McKinnon a EEUU.