Entre los programas copiados y distribuidos por la acusada, figuran Windows XP, Windows 2000 y Office 2000, todos los cuales eran vendidos junto con documentación completa y códigos de licencia.
La mujer, de 52 años de edad, aceptó sin apelar la sentencia, que sin duda es la más estricta en su tipo pronunciada hasta ahora en Estados Unidos.
Jonathan P. Fairtlough, abogado querellante, comentó a CNet que Este fallo envía una clara señal de que el robo de propiedad intelectual será duramente perseguido y castigado.