Según la publicación británica Which, al menos 2 millones de un total de 18 millones de teléfonos móviles vendidos en Gran Bretaña durante 2004 presentaban fallas.
Según la investigación, las mayores posibilidades de fallas de funcionamiento se producen durante los primeros seis meses después de la adquisición del teléfono móvil.
Las compañías de telefonía móvil británicas se defienden señalando que la denominada red 3G y el lanzamiento de un número cada vez mayor de nuevos productos y servicios móviles implican que la tecnología móvil opera constantemente en el límite de lo técnicamente posible. En tal sentido indican que, por ejemplo, es mucho más complicado descargar una secuencia de vídeo al teléfono móvil que hablar o enviar un mensaje de texto.
La explicación anterior no convence del todo a Which, a cuyo juicio los operadores de telefonía móvil presentan grandes deficiencias en el ámbito de soporte o reparación/reembolso de productos defectuosos.
