En efecto, la secretaria de Justicia Janet Reno anunció que se había solicitado a un tribunal federal aplicar multas de un millón de dólares diarios contra el gigante del software.
A juicio de dicha entidad fiscal, las prácticas empresariales de Microsoft vulneran claramente un acuerdo que en 1995 suscribió con las autoridades estadounidenses, en que se comprometía a no incluir cláusulas de entorpecimiento de la libre competencia en sus contratos con fábricas de computadoras que comercializan sus productos con software preinstalado.
Por su parte, Microsoft admite que su estilo de competencia es agresivo, aunque recalca que siempre se ubica dentro de lo legalmente permisible. La compañía tiene 11 días para responder a las acusaciones de la procuraduría estadounidense.
Aparentemente, la noticia no tuvo un efecto en las bolsas de valores, que incluso registraron un mejoramiento de la cotización de las acciones de Microsoft.