El núcleo del asunto radica en la imposición por parte de Microsoft a los fabricantes de computadoras de incluir el visualizador web Internet Explorer en cada copia del sistema operativo Windows 95.
El argumento principal de la compañía es que le corresponde por cuenta propia -y no a las autoridades estadounidenses-, decidir que componentes incluir en sus productos. Y aunque el visualizador web Explorer es actualmente distribuido gratuitamente vía Internet, los planes de Microsoft son integrarlo en su próxima versión de su sistema operativo para PCs.
Bill Neukom, vicepresidente de la división jurídica de Microsoft, declaró a The Wall Street Journal que las autoridades pretenden controlar el diseño de nuestros productos. Según Microsoft, la primera versión de Windows 95 tenía funcionalidad para Internet, por lo que las autoridades estadounidenses debieron haber sabido que tal concepto sería desarrollado posteriormente. Asimismo, Microsoft recalca que es práctica normal entre los productores de software vender varios programas juntos, en un mismo paquete.