Llegó el momento de la red

Opinión: La red subyacente ha crecido en importancia con respecto a los elementos conectados a la misma.

A los ojos de mucha gente, los paquetes de software independientes y los dispositivos pueden haber regido la tecnología en el último cuarto de siglo, pero una serie de tendencias convergentes que están teniendo lugar en América Latina y en todo el mundo dan peso al creciente argumento de que el momento de la red llegó.  En otras palabras, la red subyacente ha crecido en importancia con respecto a los elementos conectados a la misma.

La evolución de las redes de comunicación siempre se ha reportado de acuerdo con las demandas que sus usuarios han pretendido alcanzar, y las redes de hoy en día están a punto de experimentar un cambio fundamental y radical.  Un conjunto completamente diferente de necesidades de servicios y comunicación están impulsando una explosión de demanda de ancho de banda, mientras que los contenidos y las aplicaciones están creando un cambio sísmico en el comportamiento de los usuarios finales, tanto comerciales como individuales, así como en sus patrones de uso de la red.

Tomemos por ejemplo la reciente encuesta conducida por Ciena entre líderes corporativos y personal de TI de América Latina, en la que los encuestados estimaron que cerca de la mitad (45%) del tráfico de sus redes era proveniente de teléfonos inteligentes y tabletas, y que esperaban que esto se incrementara un 34% y 55% respectivamente en los próximos 24 meses.  Además, ocho de cada diez compañías esperan que las demandas de conectividad se dupliquen durante el mismo período.

Debido a estas y otras tendencias, las redes tendrán que volverse más inteligentes y más programables, de manera que puedan predecir y ajustarse rápidamente para satisfacer las cambiantes demandas y necesidades de los usuarios.

Héctor Silva

Héctor Silva

En el pasado, las redes eran conectores de localidades. Como tales, el crecimiento era muy lineal y predecible. Sin embargo, con el advenimiento de la banda ancha móvil, el énfasis comenzó a inclinarse hacia la conexión entre personas. Actualmente, esa tendencia continúa con el surgimiento de la tecnología de redes definidas por software (SDN), la computación en la nube e Internet de las Cosas. Como resultado, nos encontramos en un punto de inflexión mucho mayor: uno en que la próxima oleada será sobre la conexión entre dispositivos y máquinas.  Ese tipo de conectividad es menos estática y mucho menos predecible que la conexión entre localidades o personas, y crea nuevos retos en las arquitecturas de redes que sitúan a éstas en el centro de atención en términos de importancia para la experiencia del usuario.

Compañías en nuestra región han llegado a reconocer que sus redes son un activo estratégico y una fuente de diferenciación competitiva para brindar una experiencia superior y ocupar un lugar exitoso en el mercado.  Como un ejemplo, una reciente encuesta regional del Centro de Datos de Internet (IDC) mostró que más del 60% de compañías importantes están construyendo, transformando o expandiendo sus centros de datos para incorporar tecnologías que sean compatibles con la expansión móvil, la nube y soluciones para grandes volúmenes de datos (big data).

Las redes están asumiendo un papel más específico y valioso al conectar recursos de computación y almacenamiento virtualizados para brindar servicios excepcionales. La función de este modelo de “red como plataforma” es la conexión de los usuarios con el contenido, así como la conexión de contenido a contenido en un mundo de aplicaciones.   Aquí el papel de la red es manejar la cantidad y la calidad de la conexión para garantizar la integridad de la aplicación, con vistas a brindar una experiencia óptima al usuario final.

En este “nuevo juego”, las redes son mucho más complejas. Aquí en América Latina, por ejemplo, los recientes acuerdos en Brasil para compartir redes son considerados por muchos como una respuesta a una demanda sin precedentes, al aumento de la competencia y a las presiones en cuanto al ahorro de costos.  Ahora estamos transformando las redes más allá de agregar ancho de banda, hacia la idea de construir redes que sean más inteligentes y programables a fin de extraer mayor valor y una ventaja competitiva.

Todo este cambio ha conducido a oportunidades significativas para que los operadores creen nuevos modelos de red y servicio, de manera que puedan brindar ancho de banda y servicios sobre demanda que los consumidores esperan cada vez más.  Sin embargo, esta oportunidad llega acompañada de un reto importante: ¿de qué manera los proveedores en nuestra región en particular  –que tradicionalmente han tenido que ‘hacer más con menos’ y han sido más conservadores en sus inversiones en infraestructura que sus contrapartes a nivel mundial–  podrán hacerle frente al actual punto de inflexión y prepararse para el futuro?

Tecnologías para ayudar a los operadores hoy y mañana

Evidentemente, estamos encaminándonos hacia un modelo de red convergente para que los operadores puedan desarrollar nuevos flujos de ingresos de manera rentable, mientras obtienen el capital y las eficiencias operacionales necesarias para justificar esas nuevas inversiones. En términos sencillos, el enfoque es una arquitectura de red que enfatice los servicios de alto valor brindados a través de una red optimizada en cuanto a rentabilidad.

Ya vamos vislumbrando esto en el espacio móvil de la región, donde algunos operadores están cambiando su enfoque de participación en el mercado a participación en las ganancias y están incrementando su competencia entre los llamados “clientes valiosos”. Estos clientes de Internet móvil tienen, por naturaleza, mayores expectativas y probablemente estén más conscientes con respecto al desempeño de la red y a las aplicaciones sensibles a demoras, que lo que lo estaban unos meses atrás.

En otro ejemplo global,  vemos un uso cada vez mayor de servicios empresariales por Ethernet y OTN como parte de la arquitectura requerida para alcanzar la victoria en este nuevo entorno, y los software inteligentes son esenciales, bien sea mediante SDN y NFV. Este también es el caso para América Latina, donde muchos proveedores están hallando muchas ventajas económicas si ponen en práctica arquitecturas de redes de paquetes ópticos convergentes activados inteligentemente.  En el futuro, las redes también deben abrirse al control de software de terceros, y tienen que ser programables y automatizadas para responder a las solicitudes hechas por las aplicaciones.

El papel de las redes en el mundo está cambiando, lo que deviene en un correspondiente cambio de mentalidad para ayudar a los operadores de redes a resolver problemas comerciales a diferencia de sólo resolver los retos tecnológicos. Esto requiere nuevas arquitecturas de redes más abiertas, caracterizadas por la escalabilidad, programabilidad y aplicaciones a nivel de red.  Es un reto que vale la pena –y es un momento interesante para estar en el negocio de redes.

Por Héctor Silva, Director de Tecnología, Líder de Ventas Estratégicas de CALA para Ciena

 


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