Toda transacción de este tipo crea inseguridad en el mercado, algo que los competidores de Dell pueden aprovechar. HP reaccionó inmediatamente con un comunicado obviamente destinado a atraer a los clientes inseguros de Dell.
“Dell enfrenta una difícil situación. La empresa tiene ante si un largo período de inseguridad y transformación que no será bueno para sus clientes. Con el considerable peso de la deuda, la capacidad de la empresa de invertir en nuevos productos y servicios será muy limitada”, escribe HP en un comunicado redactado específicamente para crear inseguridad entre los clientes de Dell.
En su breve nota, HP agrega: “Las compras financiadas con créditos tienen una tendencia a descuidar a los clientes y la innovación. Creemos que los clientes de Dell estarán interesados en explorar las alternativas”, agregando que HP está dispuesta a ofrecer tales posibilidades.
El quizás innoble comunicado también puede interpretarse como una merecida represalia. En efecto, Michael Dell aprovechó personalmente con fines publicitarios la inseguridad creada en 2011 por Leo Apotheker, el CEO de HP relevado por Meg Whitman debido a su débil gestión. En términos objetivos, HP también tiene razón, ya que el propio Michael Dell ha enviado una circular al personal de Dell, donde indica que la transformación de la empresa será un proceso laborioso: “La transformación de Dell está bien encaminada, pero vemos que tomará tiempo, inversiones y paciencia”, escribe Dell.
Indudablemente, lo último que Dell necesitaría es crear ansiedad entre sus clientes. La empresa está asumiendo una deuda de 17 mil millones de dólares, y necesitará de un intenso flujo de caja para financiar su devolución.
Meg Whitman, CEO de HP, le “devuelve el favor” a Michael Dell.
