Hace un año, en julio de 2012, WikiLeaks anunciaba que se le estaba acabando el dinero, y por lo tanto su capacidad operativa, debido en parte a lo que calificó de “actos de sabotaje emprendidos por Visa y MasterCard“.
El boicot iniciado por Visa, MasterCard, PayPal, Bank of America y Western Union fue motivado por las filtraciones de cables diplomáticos estadounidenses en WikiLeaks en noviembre de 2010. La medida provocó indignación en el grupo de hacktivistas Anonymous, que inició acciones de sabotaje mediante ataques DDoS. Aparte de reaccionar la opinión pública ante el intento de dos empresas privadas de exportar un boicot político, llamó la atención que, paralelamente, el Ku Klux Klan acepta pagos con Visa y MasterCard, ante la indiferencia de ambas empresas.
También se recuerda la reacción de Amazon, que revocó el contrato de hospedaje de WikiLeaks aduciendo que el sitio de filtraciones no era propietario de los documentos que publicaba. Sin embargo, poco después de expulsar a WikiLeaks Amazon comenzó a lucrar vendiendo en formato Kindle los mismos documentos filtrados.
En abril de 2013, WikiLeaks y DataCell ganaron una demanda por incumplimiento de contrato interpuesta contra Valitor, pasarela de pagos asociada a WikiLeaks y MasterCard, al haber esta última bloqueado las donaciones hechas a WikiLeaks. Según pudo comprobarse, Valitor actúo siguiendo instrucciones de Visa y MasterCard. La Corte Suprema de Islandia ordenó a Valitor reanudar inmediatamente el procesamiento de donaciones hechas a WikiLeaks. La eventual compensación económica que deberá pagar Valitor a los demandantes será objeto de un nuevo juicio.
Al ser notificada por conducto de Valitor de la decisión de la máxima instancia judicial islandesa, MasterCard anunció que suspendería el bloqueo de pagos a WikiLeaks. Visa, por su parte, aún no comenta el fallo.
Por curioso que parezca, empresas estadounidenses ocasionalmente intentan exportar la aplicación de leyes estadounidenses hacia otros países. En 2011, la decisión de PayPal de exigir el boicot de productos cubanos en tiendas europeas motivó que la cadena comercial alemana Rossmann cancelara unilateralmente su acuerdo con PayPal.
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